A solas ambos... (Giovanni) +18

Recuerdo del primer mensaje :

¡Perfecto! Estaba castigada por lo acontecido en mi crecimiento y sin poder salir de mi habitación, al menos sabia que papa siendo hechicero no me podía negar el ir a Inris. Así que así lo hice y así pude salir de casa, aparecí en Inris. Allí se respiraba la paz que necesitaba. No sabía que iba hacer allí pero lo que si sabía es que había conseguido salir de casa ya que lo necesitaba. Papa aun estaba algo enojado y no me gustaba estar en casa en esos momentos. Cuando estuve en Inris, suspire saque la nota que me había dado Giovanni, la leía una y otra vez mientras con mi mano libre concentraba la energía con la que me salían mis mejores ataques. Había aprendido mucho mas hechizos, pero aun tenía que practicar mas. Pero mientras me concentraba con la energía. Suspire y cerré los ojos apretando la nota contra mi pecho, con ambas manos y apoye la cabeza en la pared.

Realmente no quería irme de allí, estaba muy bien con su compañía, el sentirme abrazada a él era lo único que me hacia ahora mismo feliz. Escuche que hablaba y le mire, sonrojándome con esas palabras pero haciéndome la mujer más feliz del mundo. Aunque en realidad lo había hecho desde hacía mucho tiempo… le amaba y era el hombre de mi vida.

-Y tú me has hecho la mujer más feliz del mundo.

Reí cuando hablo, la verdad es que no me apetecía irme pero sabía que debía hacerlo o papa sería capaz de irme a buscar a Inris. Ahora que el también era hechicero… bueno, al menos me había podido reunir con Gio y habíamos podido demostrarnos nuestro amor.

-Si, será lo mejor. Ahora que mi padre es hechicero es capaz de venir a Inris a buscarme.

Dije abrazándole con todo el cariño que sentía por él y subí mi rostro hacia el suyo besándole haciendo el beso profundo desde el primer momento. Quería tener este recuerdo en mi mente así al menos, podría aguantar hasta que lo volviera a ver.

Sabía que aquel beso podía ser el ultimo que nos diéramos en mucho tiempo por eso puse todo mi amor en aquel beso y parecía que él hacía lo mismo. Aquel beso fue uno de los más largos que nos habíamos dado. Seguramente porque ambos sabíamos que podían pasar muchos días antes de que nuestros labios se volvieran a rozar. Su sonrisa hizo que la mía apareciese al instante como siempre sin separar nuestras miradas. Sabía que debíamos vestirnos aunque la idea no me gustaba del todo pero era lo que nos tocaba hacer. Pero antes de que pudiera alcanzar mi ropa mire a Gio cuando me hablo. Me sonroje cuando me dijo aquello y me puso el anillo, me quede realmente sorprendida. Me mire el anillo en mi mano, era preciosa y llevaba un tiempo en su familia. Saber que yo era la chica a la que más amaba me hacía sentirme muy feliz y además al saber que era la mujer de su vida. Le abrace con una sonrisa.

-Gio, me haces muy feliz al decirme que soy la mujer de tu vida y haciéndome esa promesa. Por eso yo quiero darte algo.

Sabía que no se podía comparar con lo suyo pero me quite el colgante con forma de corazón que siempre llevaba al cuello además del dije. Me lo había dado mama días antes de morir, siempre me había dicho que sabría que hacer con el llegado el momento ahora sabía que el destino era dárselo a Gio. Se lo puse al cuello y le mire.

-Este colgante me lo dio mi madre días antes de morir, me dijo que llegado el momento sabía que tenía que hacer con él ahora sé que es dártelo a ti. Mi madre también añadió que era unisex y que servía tanto para hombre como para mujer. Creo que así me daba alguna pista de para quien era el colgante. Quiero que sepas que te amo, que lo hare siempre, que yo también te cuidare y te respetare para siempre y te doy este colgante para que sepas que esto es verdad.

Colgante:

Le vi sonreír cuando le puse el colgante, sabía que de aquella manera él con el colgante y yo con el anillo, estaríamos de alguna manera conectados pero sabía que no solo estaríamos conectados por esas joyas algo mas había entre nosotros pero no lo sabíamos. Desde el día en que me ayudo a crecer, Gio se convirtió en mi razón para levantarme cada mañana y luchar contra Leticia para seguir viviendo y poder vivir la vida a su lado. Le abrace de nuevo y solo pude sonreír.

-Y yo nunca perderé el anillo porque no lo perderé a él ni a ti. Ahora tu eres el que me hace querer vivir.

Dije para separarnos y sonreír ante sus palabras y coger mi ropa. Sabía que papa era capaz de ir a Inris a ver qué pasaba y porque me estaba tanto tiempo allí. Por lo menos en Inris el tiempo pasaba mas rápido en Inris y en la tierra más despacio. Cogí mi ropa y como no tenía ganas de vestirme, en ese momento agradecí ser hechicera. Me vestí con magia y en dos segundos ya estaba vestida. Me encantaba ser hechicera mire a Gio y solo sonreí. Le amaba más que a nada.

Me quede abrazándole un poco mas, quería recordar sus firmes brazos abrazándome. Cuando nos separemos solo le pude mirar, sabía que quizás no nos veríamos en algunos días pro teníamos que ser fuertes. Le di un beso en la mejilla y nos alejemos el uno del otro. Sabía que Yunu iba mucho a casa de Gio, ya que se había hecho muy amiga de Max el perro de Gio pero arriesgado pensar que pudiera llevar cartas ya que Leticia podía interceptar a mi pequeña ardilla. Que además de mi mascota era una de mis mejores amigas desde que era pequeña. Sonreí a Gio por última vez y luego suspirando levante las manos y desaparecí llegando a mi habitación de donde no podía salir si no era con magia.

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