Sin sueño... {Libre}

//Una, dos, tres, cuatro, cinco… seis….siete… ocho y… Ya basta Trish! Pareces una niña estúpida! // Grite para mis adentros al notar lo aburrido y patético que era contar las estrellas que reposaban en el cielo una noche tan fría como aquella. El insomnio iba a matarme de aburrimiento en cualquier momento y, si no era eso, lo haría algún prefecto que estuviera en la zona cercana a mi torre.
Tome mi cabellera y con delicadeza comencé a entrelazar mis dedos con ella para trenzarla lo más prolijamente posible, mientras lo hacia continúe observando el firmamento pero, en lugar de contar estrellas, pensaba como pasar la noche que se hacía cada vez más larga.

Baje las escaleras haciendo que mis pies cayeran en cada escalón con gracias y lo mas silenciosamente posible, camine entre las sombras para no ser descubierta y sin darme cuenta deje que mis pasos me llevaran hasta la entrada de la biblioteca, me detuve en seco frente a esta y suspire profundamente. –Si no hay nada mejor que hacer…- Susurre para darme ánimos y luego entre a ese magnífico lugar.

La biblioteca, a pesar de ser conocida por muchos como la sala más hermosa del mundo mágico, se destacaba aun mas por su impresionante y vasta colección de libros. Con más de ciento cincuenta kilómetros de estantes, ostenta el título a la biblioteca, no solo más hermosa, sino que también más grande del mundo mágico. A pesar de lo cual se sigue expandiendo, a un ritmo de diez mil artículos diarios.
Entre sorprendida de la belleza de ese lugar por la noche y rápidamente cerré las puertas, por miedo a ser descubierta. Suspire profundamente y luego me encamine por las estanterías buscando algo interesante para leer hasta que me detuve frente a un pasillo, bastante alejado del resto, para observarlo.

Al igual que el resto de la biblioteca, tenia kilómetros y kilómetros de estantes... la mayoría de ellos con libros que jamás en la vida se me había ocurrido leer. Las interminables hileras daban la impresión de ser una ilusión óptica “infinita” creada con espejos o algún hechizo desconocido para mi persona. Camine entre millones de estantes con gracia y sigilo, como si estuviese jugando yo sola a las escondidas.

Una noche hermosa y estrellada decidi ir al castillo, ya habian pasado 2 semanas del incidente en casa de Gio y la verdad mi humor no era de los mejores, dado que pues era mi familia tambien, ademas que convivi solo quiza dos semanas con los Shifield pero tambien estaba Adara, llegue al castillo como cada noche y solo me adentre de inmediato en la biblioteca, la verdad no tenia muchas ganas de pensar en algo positivo, pero la verdad tenia miedo o quiza dolor de que ubiese muerto gente valerosa para mi solo para pagar dos estupidas mandiciones milenarias, me adentre en la bilbioteca a cada momento mas y solo decidi tomar un libro que me llamaba la atencion desde hacia varios meses, "La verdad entre los Angeles y los Demonios" si hacia mucho queria leer pero no me atrevia, hasta ahora, porque tanta era quiza mi furia contra los demonios que al final me quitaron personas que queria, que solo me sentia acorralado de no poder ejercer venganza siquiera dado que la demonia que lo causo se murio con ellos, solo me relaje ya que ni ganas tenia de pensar en algo conciso y cambie mi pensar a cualquier otra cosa que sabia, por ejemplo mi hermana que estaba bien y a salvo, aunque mal por no poder evitar la muerte de la familia pero al menos bien de poder vivir tranquila con Giovanni, mientras que yo solo era un chico que no tenia nada mejor que hacer que velar pro el novio de mi hermana que para colmo era mi protegido, solo rode los ojos y me sente en una mesa para leer el libro susodicho que tenia en manos

OFF: si dilato perdona pero intentare ser constante, ademas tu avatar es guapa

Continué caminando algo distraída por las estanterías de la biblioteca, con gracia y delicadeza me movía entre los libros mientras dejaba que mi cabellera se divirtiera con el viento que cruzaba por ese lugar.
Observe unos cuantos libros con curiosidad, pero sin intención de tomar ninguno. Luego me adentre aun mas en la biblioteca buscando algo de diversión o simplemente encontrarme con la luz de la luna cosa que, para mi fortuna, conseguí rápidamente.
En el cielo brillaba una semi esfera blanca que logro cautivar mi atención, flotaba entre la negrura con tranquilidad y armonía. //Cuanta paz…// Pensé para mis adentros mientras tomaba asiento en el ventanal que me permitía obtener esa vista, una media luna perfecta.
La paz se adueño del lugar rápidamente y el silencio ocupo todo el ambiente.

Off: Descuida... no me molesta, tambien me cuelgo a veces.

La paz se adueño del lugar rápidamente y el silencio ocupo todo el ambiente , hasta que repentinamente fue interrumpido por la prescencia de alguna persona que no logro otra cosa mas que sobresaltarme. Pude oir los pensamientos de un joven que en realidad no llamo mucho mi atencion, volviendo a recuperar la estabilidad del lugar sonrei con frialdad y volvi a ver a la luna.-Hola Javier, si yo fuese tu me iria lejos de aqui... No estas en un buen lugar angelito.- //Javier Alvarez Rout... un maldito angel// Repeti para mis adentros mostrando una sonrisa traviesa.

Rei por lo bajo mientras negaba con la cabeza y, llevando mi mano al collar que colgaba de mi cuello, me recostaba contra el marco de la ventana para contemplar la luna.

Rei para mis adentros cuando escuche su voz, era un angel bastante atrevido. Me voltee y lo mire con indiferencia mientras llevaba mi mano derecha al collar que colgaba de mi cuello, luego observe la luna y sonrei traviesa.
-La verdad que es que no es lo correcto angelito, pero como quieras. -Solo me interesaba la luna, la noche y disfrutar de la tranquilidad del lugar. En el momento justo en el que mire a la luna una fria brisa atraveso el lugar y tambien mi musculosa negro, cuya tela era extremadamente fina. Casi ni me movi pero, a pesar de eso, si pude sentir el frio que cruzo por el lugar.

Estaba fuera de este mundo completamente concentrada en la luna, tan blanca y brillante como muchas de mis noches mas desoladas y tristes de mi vida. Eternamente mi amiga, la luna me acompañaba en mis sentimientos y en mis pensamientos tambien.
Mire sorprendida la chaqueta que estaba junto a mi y luego mire al angel que estaba a un lado, lo escuche con atencion y mire nuevamente a la luna. Simplemente no aceptaria una campera por parte de un angel y ademas tampoco tenia tanto frio.
Mis ojos se desviaban hacia el angel que estaba a mi lado en la biblioteca y, con una fria mirada me dirigi a el. -No gracias, aunque no la tome de tu mano sigue siendo repugnantemente la chaqueta de un angel.- Mi mirada se volvio indiferente y algo despreciativa, mire fijemente a la luna y luego al joven que me miraba. -Ademas, no muero de frio ni estoy tan desesperada como para usar la chaqueta de un ser como tu.

Un ángel tan repugnante como ese no debía estar ni cerca mio, por lo menos no vivo. Respire profundamente mientras me decidía a ignorarlo sin tomar su chaqueta y, volviendo la vista a la luna, repose mi cabeza contra el marco de la ventana para dejar que mi mente recorriera mis recuerdos y se relajara en el silencio del lugar. Cada recuerdo que se venia a mi mente era exactamente igual al anterior... eternamente perturbador, por lo que decidí dejar la mente en blanco mientras cantaba en voz baja una simple canción.

La música era una de las mejores cosas que había inventado el ser humano, y yo disfrutaba de eso. A mi entender la música te ayudaba a olvidar, te distraída y, sobre todas las cosas, te abría una puerta de escape de tu propia mente. "Gives you hell" era una de mis canciones preferidas y, dejando la modestia de lado, podía decir que sabia cantarla perfectamente afinada... no me importaba si se me escuchaba cantar, cosa que de todos modos lo dudaba, solo me importaba huir de mis recuerdos.