Peligro Inminente [Nirvana]

El cementerio se había vuelto en un sitio pasivo donde mi mente hacia letargo de todo lo que pensaba, lo que había vivido y como podía superarlo si se trataba de un problema. Nada importante el día de hoy, solo quería estar sola y sin la compañía de un montón de seres alborotados dentro del castillo, un poco de paz venia bien de vez en cuando. Lleve el cuaderno de dibujo y un lápiz carboncillo, salían trazos maravillosos de mis manos cuando andaba distraída y era un don considerado como humano, el arte era inspirado en seres como yo, los ángeles. En busca de la belleza eterna.

Si hacia frío no lo notaba, la casaca de cuero me resguardaba mientras los trazos comenzaron a darse no sin antes poner audífonos, necesitaba la paz de un Indie Rock para sentirme cómoda, como en mi trance perfecto. Recordé a mala gana que este don lo tenia gracias a mi madre, la técnica que usaba hoy la había aprendido de uno de los retratos que hizo por uno de mis cumpleaños. No le sirvió de nada el Anonimato, las lineas definían por quien había sido hecho. Y mientras veía que el boceto cobraba vida, cuando la melodía de "Take Me To The Riot" comenzaba a sobreponerse en mi mente sentí un olor diferente. Alguien más había entrado en el cementerio y no era exactamente un ser pasivo... apestaba a demonio.

No me traslade, no trate de ocultarme porque simplemente yo no era así y muy aparte... no me importaba. Si no me veía perfecto, seria como la estatua a la que estaba apoyada en ese instante, nos parecíamos en la palidez. Y si notaba mi presencia... aún más que perfecto.

Cuanto más ves, menos sabes... menos encuentras mientras avanzas. La rutina de un ángel estaba predestinada a ponerse de rodillas ante Dios y velar por la paz de los mundos, una rutina en la cual nunca me sentí cómoda, nunca me acostumbre, pero sabia mucho más en aquel entonces de lo que sabia ahora. Supongo que era porque el trabajo estaba resuelto en si desde que usábamos pañales, cada uno tenia su camino trazado antes de nacer pero consideraba que mi camino había sido destinado a uno diferente de el de cualquier ángel. No me molestaba en absoluto esa diferencia, disfrutaba de la libertad de descubrir un presente y un futuro lejos de plegarias, saber que no todo en mi vida seria impartir felicidad y dulzura por el mundo que por cierto, me daba nauseas. ¿Pero que era lo que buscaba en este lugar para no tomar la vida perezosa de un ángel común y corriente? Raziel menciono el amor, no, no necesitaba que nadie iluminara mi camino, por lo menos no ahora.

Y mientras el pensamiento hacia del boceto una silueta de mujer solo una mínima parte de mi subconsciente se preocupaba por la presencia demoniaca. Fumaba, no sabia si en forma de despistarme o solo pasarle el tiempo pero de ambas maneras me parecía grotesco y de un momento a otro mi atención se volvió por completo en el dibujo a carboncillo, era un retrato que al inicio confundí como mi madre pero al tomar más conciencia se trataba de mi persona, la mirada superior remarcada, la altanería que me caracterizaba estaba plasmada en la hoja de papel pero no hubo tiempo de analizar más. El demonio estaba frente mío, observando, sin saber que hacer. Comenzaba a considerar que era un sueño, ningún demonio se quedaba plasmado al ver un ángel a no ser que...

-¿Y tu eres?- dije en tono curioso, una mirada fulminante se avecinaba y me preparaba para cualquier caso que se pudiera dar.