Admirando el paisaje(Karuk)

Era el atardecer, el momento mas bello del día, cuando las nubes se tillen de rosas y naranjas, de colores pastel, precioso. Estoy en el mirador de una gran ciudad, es el mejor sitio para admirar todo. La ciudad resulta parecida a todas, nada importante, salvo un gran castillo lleno de misterio por el que siento una tremenda curiosidad. Observo el cielo y aprecio cada brisa de aire fresco, es un día caluroso de verano.
"gracias"le susurro a la madre naturaleza.
Todo ese verde, esos ríos que rodean la zona con sus trasparentes aguas dulces y el castillo, son mas que hermosos. Pero en el centro de la gran ciudad hay tiendas, centros comerciales, pubs, restaurantes...de todo, y no me gusta, tanta gente en un solo lugar, tan poco espacio, resulta agobiante ya sin tener en cuenta que apenas hay vegetación en estado natural. Por eso intanto no entrar mucho en las ciudades, no las soporto.
De nuevo otra brisa fresca me da en la cara y acaricia mi pelo, estoy sola en el mirador, o eso creo...asi que me permito cerrar los ojos y disfritar del leve viento.

Estaba paseando por la ciudad, tratando de conocerla un poco. En mi opinión, andar sin rumbo es la mejor forma de familiarizarse con un lugar. Si además pudiera tomar mi forma animal sería perfecto, pero un coyote en un lugar como aquel llamaría demasiado la atención. Y yo no quería eso, desde luego.
Pasaron un par de horas y empezó a atardecer. No me agradaba mucho aquella hora del día, pero al menos significaba que pronto sería de noche.
Mientras sigo caminando empieza a levantarse un viento leve, y me paro un momento en el portal de un edificio para encenderme un cigarrillo. Salgo de nuevo, protegiéndolo con la mano entre caladas, y miro a mi alrededor. Al parecer estoy yendo hacia una especie de mirador. Hay una chica allí, también, pero trato de no fijarme en ella. No es que haya venido a la ciudad para hacer vida social precisamente.
Eso causaría la pregunta de porqué he venido exactamente, pero sé que no tengo una respuesta para eso, y lo dejo correr.

Percibi como el hambiente estaba distinto, ensegida percibi que una persona se acercaba a mirador. A medida que se aprosimaba pude apreciar el sonido de sus pisadas, el ritmo de sus andares, y aun que suene extraño era un sonido familiar, no sabia cuando los habia escuchado, he vivido muchos años como para recordar todo, pero me recordaban a algin, ¿quien?, no se.
No me volvi, segi con los ojos cerrados hasta que no pude aguantar mas la curiosidad, queria saber quien era, asi que gire mi cabeza lentamente para mirar por encima del hombro.
Era Él, me derrube mientras mi corazón tambien se alegraba, mi sorpresa era enorme, claramente no me lo esperaba, me volvi y no hice nada, mirar y decir en tono acusativo. "tuuuuú..."

Me quedé mirándola fijamente, sin que mi expresión variara lo más mínimo. Al principio me costó darme cuenta de que la conocía, aunque no hubiera cambiado lo más mínimo en aquellos años, desde que la había visto por última vez. Pero aquel encuentro era demasiado inesperado y mi cerebro había tardado en reconocerlo como posible.

-Tú.-murmuré, mientras trataba de encontrar algo que decir. En realidad, a pesar de mi inexpresividad deliberada, estaba muy sorprendido. No sabía que hacer. Por una parte sabía que aquella tensión que se había apoderado de mi cuerpo al instante me revelaba que deseaba trasformarme y correr, pero me dije que no podía hacer aquello.

Él, tan original y hablador como seimpre, no hizo otra cosa que hacerme eco. Estaba tan sorprendido como yo, no era de extrañar teniendo en cuenta que hace años que no nos vemos, aun asi el sige como siempre.
Recuerdo cuando estuvimos juntos, yo era feliz, él también, consegi hacerle sonreir mas de lo normal, estabamos enamorados. Pero todo eso se marchito tristemente cuando mis padres no le aceptaron y me obligaron a volver con ellos a la colonia de elfos, asi pues me vi obligada a cortar con él. Me duele pensar como pude hacerle tanto daño, ademas me averguenzo de ni si quiera haberme enfrentado a mis padres para luchar por nuestro amor. Pero era pasado, y estaba segura de que el me odiaba. Aun asi, no pude evitar pensar mientras le miraba de arriba abajo que esos labios me besaron, que todo él fue mio alguna vez.
Incoscientemente me acerco a él lentamente, tanto que terminamos casi rozandonos. Le acaricio el alvorotado pelo recordando en mi mente esos antiguos recuerdos. No le amo, pero si le quiero. El amor es algo demasiado peligroso para mi, le tengo miedo.
-Hola-consigo susurrar

-Buenas noches.-Digo, aunque todavía debe quedar media hora de luz en el cielo. Doy un par de pasos atrás justo para evitar que me acaricie el pelo, y me permito un leve gesto de desagrado. Retrocedo otro paso con el fin de mantener las distancias, hasta rozar con la espalda la barandilla del mirador. Al notarlo, me doy la vuelta y la agarro con la mano libre, mientras con la otra me llevo el cigarrillo a la mano para darle una calada. El humo se enrosca azulado en el aire frío.
-¿Querías algo?-Pregunto, recuperando mi indiferencia, mientras el humo escapa de mi boca. Lo que daría ahora mismo por una copa.

Ensegida recupere el control de mis sentimientos y tambien me aleje de él mientras el también lo hacia. Estaba enfaddado, que rencoroso...estaba claro porque lo unico que hizo fue mirarme con desprecio, que de cierta forma me hizo daño, y insinuar que no tenemos nada de que hablar y que me vaya.
Yo...le deje, si, es verdad, pero aun que no este enamorada de el sigo queriendole, por eso su comportamiento estaba haciendo crecer en mi interior verguenza, enfado, rabia, dolor, pena...
-¿Por qué? ¿Por qué me odias?
Me alejo mas y mas, le doy la espalda mientras dejo una deistancia de 5 metros entre nosotros, mis sentimientos danzan a su aire, pero yo sigo con la fracciones erias y totalmente neutra, solo dejo mostrar un poco de mi dolor al pronunciar "odias"

Me quedé en silencio mientras daba una calada al cigarrillo, frunciendo levemente el ceño.
-¿De verdad tienes una memoria tan mala? No comprendo porqué me preguntas eso.-Dije tranquilamente.-Y ni siquiera has contestado a mi pregunta.
La última vez que la vi estaba bastante bien establecida en Francia, en una colonia de elfos. No se me ocurría ningún motivo por el que fuera a marcharse de allí.
-Es más, ¿Cómo es que tus padres te han dejado salir al mundo?-Añádí, tratando de retener la acritud de mi voz, sin mucho éxito.-Con la de gente inadecuada que hay por ahí...

Su sarcasmo me empezaba a cabrear, él, como es posible...
-¿Y tú? ¿Que hasces tú aqui?-Dicho esto, dado el daño que me estaba haciendo decidi darle un poco de su propia medicina- ¿Acaso tuviste otra relación..que me extrañaria...y te dejarón de nuevo? jajajaja, y tal vez por eso as venido, huyendo de un lugar con tantos recuerdos...
Cuando vi su cara me arrepenti de haber dicho eso, él, yo...aun podiamos ser amigos, aun que en este mismo momento le odiaba, estaba enfadada.
Aun asi le lance una mirada fria y desafiante.

Molesto, me di la vuelta para mirarla, después de tirar lo que me quedaba del cigarrillo. Me puse a buscar otro en el bolsillo del traje que llevaba, casi sin darme cuenta de ello.
-Contestar a lo que digo con más preguntas no va a hacer que me olvide de ellas.
Encontré el cigarrillo y me lo llevé a la boca, aun sin encenderlo, pues no lograba encontrar mi mechero.
-Y si crees que tus palabras pueden herirme, te equivocas.-Añadí.-Perdiste esa capacidad hace mucho tiempo.
Empezaba a irritarme de verdad no poder encontrar el maldito mechero. De verdad necesitaba ese cigarrillo.
-Pero no tengo nada en contra de contestar. He seguido viajando... creo que sólo estoy de paso en la ciudad. No hay nada que me mantenga aquí.-Contesté, con una mirada glacial que sobrepasaba con mucho a la suya. Me temo que a ella no se le daba muy bien, y yo tenía demasiada experiencia en aquel tipo de cosas.

-No estes tan seguro...encontrare una forma.-dije seraimente haciendo referencia a su comentario (Y si crees que tus palabras pueden herirme, te equivocas.-Añadó.-Perdiste esa capacidad hace mucho tiempo.)
Me hice un moño y me puse la capucha, segia dandole las espalda.
-Mis padres han decidido que con mi degundo siglo estaba preparada para salir al mundo, ademas, desde que tedeje...-[color=cyan]y aun que me costo decirlo, me esforce en sincerarme:-te heche de menos, eso era lo que me movia para volver a salir de mi cascaron, luego...tan solo queria descubrir mundo, aprender. Su pongo que por eso estoy aqui.
Crei que ya que le estaba contando todo, devia alladirle un ultimatum.
-No volvere a cometer ese herror.

Esbocé una leve sonrisa sarcástica, de medio lado.
-Te veo demasiado segura de ello.
Solté un bufido mientras buscaba en los bolsillos de la chaqueta del traje. Si no estaba ahí, no tenía ni idea de donde lo había metido...
-Así que de nuevo han sido tus padres los que han decidido por ti. Que sorpresa. Y yo que pensaba que eso empezaba a cambiar... Supongo que debería aprender a no esperar cosas imposibles, ¿Eh?-Totalmente harto de no encontrar el mechero, que debía haber perdido, alcé la mano hasta el cigarrillo e hice saltar una chispa de electricidad desde mi dedo para quemar la punta del cigarrillo y hacer que prendiera. Por fin. Aspiré largamente el humo, aliviado.
-Doscientos años y sigues pareciendo una niña.-murmuré algo distraidamente, entre el humo. No era del todo un insulto.-¿Lo has pensado alguna vez?

La situación me empezaba a poner nerviosa, aun asi segi inexpresiba, no dije nada hasta que el silencio se me hizo el justo para contestar.
-Puedo rebelarme contra mis padres cuando quiera, pero si no lohice esa vez sera por algo...-aun que la verdad es que fue porque era una obligación y preferi no hacerlo.-Tú no me conoces, son muchos años y la vida esta llena de cambios. ¿no crees?
Puse unos mechones sueltos de mi pelo detras de la oreja derecha, y me humedeci los labios, aun asi, segi con el semblante serio.
Mire con asco, y luego conteste su sigiente pregunta ante de que él contestara la mia.
-Deverias dar gracias a la madre naturaleza de que no embejezcamos con el paso del tiempo, o ¿es que acaso preferirias ser mortal? Que yo te parezca una niña no significa que lo sea, recuerda que fuiste tu quien te enamoraste primero de mi.

Me pasé la mano por el pelo y le di otra calada al cigarrillo.
-Dioses, ¿Siempre hablas como si lo supieras todo? Es muy molesto.-hice una mueca-Además, ¿Cómo has llegado a esa conclusión? Da igual, no me contestes.-añadí, sacudiendo la cabeza. Me parecía absurdo discutir ese tipo de cosas, cuando hacía tanto que ni siquiera pensaba en ellas. ¿A quién le importaba quien hubiera sido el primero o el último? (Aunque lo segundo estaba claro). Lo importante era que todo había terminado, nada más.
-Pero no me refería sólo a eso... Aunque no, no preferiría ser mortal. Pero al menos yo aparento los años que tengo, más o menos.-murmuré entre dientes mientras fumaba.-Y al menos soy humano.
Mayormente humano, pensé para mi mismo.

Era...Tenia tantos piropos rondandome por la mente que sentia la necesidad de decirselos a la cara, le odio. Aun asi, sus palabras no me afectan, y aun que lo que de verdad deseo es contestarle y segir con la conclusión no lo hago, qu piense lo que quiera, que los humanos son mejores, que soy una inmadura...lo qeu quiera, esta vez no segire sus juegos.
Mire el paisaje con mis almendrados ojos azules, no queria mirarle, no, porque me haria mas dificil el no contestarle bordemente.
No dije nada, simplemente me volvi a darle la espalda y aguarde en el silencio.

Le di una ultima calada al cigarrillo, durante unos largos momentos, antes de apagarlo contra la barandilla y dejarlo caer.
-Lagune...
Di unos pasos para acercarme a ella, y casi sin pensarlo la agarré de la muñeca con firmeza para obligarla a volverse.
-Miramé al menos.-Dije-No puedes aparecer aquí, después de todo este tiempo, y molestarte porque no te reciba con los brazos abiertos. Te recuerdo...-paré de hablar, vacilando un momento, desviando la mirada antes de volver a fijarla en sus ojos azules. Al final, cambié de idea sobre lo que iba a decir.-...que eres tú la que me ha hablado aquí primero. Si no querías hablar, ¿Por qué lo has hecho?

Cuando me agarro por la muñeca tire de ella, no queria que me tocara, no. Pero luego...luego escuche lo que me decía y...vi un poco del karuk enamorado que había conocido y se atisbo en mi un esperanza, una esperanza de que tal vez no me odie tanto. Pero entonces...sigio con esas palabras y...no hay nada del que era antes, me he equivocado, ese karuk lo destroce yo.
-Claro que queria hablar contigo...tantos años...Me conoces, yo jamas olvido y tu eras muy importante para mi y lo siges siendo pero ahora menos, yo...te quiero.-Y cuando vi que esas utimas palabras salian de mi boca supe que eran verdad, pero no de la forma que el estara pensando, asi que me apresure a aclararlo.-Te quiero, no te amo, ya no estoy enamorada de ti, pero aun asi sigo queriendo.
Le mire intentando descubrir en sus ojos algún sentimiento.
-Si hable con tigo es porque necesitaba saber de ti, volver a encontrarte. Tú me hubieras ignorado...¿verdad?

Tiró de la muñeca para intentar soltarse pero la retuve, apretando ligeramente más de forma automática, la mirada dura. Pero cuando escuché lo que dijo la solté de forma automática, retrocediendo un poco, la boca abierta de sorpresa, sin poder evitarlo.
-Que...-Sacudí la cabeza, tratando de quitarme de encima la confusión.-Creo que no entiendo nada de lo que estás diciendo. Esas cosas son malditos sinónimos, Lagune. Me confundes.
"No te amo, pero te quiero." ¿Quería explicarme alguien que diantres significaba eso y en qué se diferenciaba una cosa de otra?
-Si, probablemente lo habría hecho.-Dije, paseando la mirada por el lugar.-Probablemente.

Me solto la muñeca y deje de notar la fuerte presión de su mano, estaba confundido, lo sabia, me habia explicado mal, pero es que los sentimientos son tan complicados...
No pude evitar bajar la miarda y intentar mirar hacia atras, no queria verlo, me negaba a mirarlo.
-Te quiero igual que quiero a mis padres, a un amigo, un hermano. NO te amo. Es complicado...-Explique como pude para luego sincerarme.-yo...la verdad es que no quiero que me odies.
Me costo decir aquellas palabras, pero al menos esperaba un buen gesto por su parte y no solo miradas de asco.

-Oh, me quieres como a un hermano, gracias por explicarmelo, me siento mucho mejor ahora.-Dije, con un pesado sarcasmo cargando mi voz.-Desde luego eso borra todo lo que me hiciste en el pasado...-Añadí, haciendo obvio que era falso, mientras la ira comenzaba a teñir mi voz y crispar mis puños, sin que nada pudiera hacer yo para evitarlo.-¿Tienes idea del daño que me hiciste? ¿Lo que me hiciste pasar?-Apenas pude contener mi voz para que no fuera un grito.-¡Y ahora vienes aquí y me hablas y crees que mereces algo más que mi desprecio!
La miré con ojos duros como el acero, mi voz ahora un susurro afilado.
-Pues, ¿Sabes qué? Yo tampoco quería que tu me dejaras. Y lo hiciste igual. No creas que voy a tener ninguna consideración hacia lo que tú quieres ahora.
Le dirigí una última mirada llena de furia y dolor y me di la vuelta en redondo, porque no podía seguir soportando aquello, la rabia ardiendo en mi pecho. Pequeñas chispas de electricidad corrieron por mis puños cerrados mientras trataba de recuperar el control, y andaba para alejarme.

Todas aquellas palabras horribles...bailaban en mi mente, me mareaban, eran puñales en mi corazón. No sabia que sentia: ¿odio, dolor, rabia, ansia de venganza...?
Una parte de mi sabia que parte de las palabras eran verdad, que tenia razón, pero eso no le permitia hablarme asi. Cuando acabo de gritarme...pensaba que me moria, queria llorar, corre, escapar, aun asi segia mirandole desafiante, ocultando mis sentimientos en una dura mascara.
Entonces se fue, se iba, esto no se quedaba asi, asi que cuando paso por un arbol pedi con educación a una de la gruesas raices de este que le pusiera la zancadilla, y asi lo hizo y él cayo al suelo.
-¿Quieres jugar? pues jugemos, me lo voy a pasar bomba, igual que lo as hecho tu ahora. No jueges con migo a no ser que sea con mis reglas.
Dicho esto soy yo la que se fue, como siempre con la ultima palabra.

Me levanté del suelo, apretando los dientes, enfadado. Pero no me di la vuelta, ni siquiera cuando la escuché hablar.
-Típico de ti.-Dije, aunque no sabía si ella podía escucharme.
Me sacudí el polvo del traje y le lancé una mirada furibunda al árbol antes de volver a componerme y recuperar mi habitual temperamento tranquilo. Si quería que las cosas fueran así, muy bien, así serían. Pero sabía que en el fondo debía reconocer que no había dicho ninguna mentira.
Me marché de allí, mis zapatos resonando contra el suelo.