Papa, perdoname por favor (Papa)

Después de lo acontecido en casa papa me había castigado y además había hechizado mi habitación para que no pudiera salir de ella. Eso me ponía nerviosa, pero saque la nota de Gio del bolsillo trasero de mis pantalones. Donde la había guardado desde el principio. Sonreí al leerla, al menos eso me guardaba un poco la esperanza. Pero me levante de la cama donde estaba estirada y guarde la nota en el ultimo cajón de mi escritorio donde guardaba las cosas importantes para mí y cuando cerré el cajón lo hechice de nuevo. Era un hechizo para solo lo pudiera abrir yo. No era fácil de contra hechizar y así evitaba que vieran esas cosas que guardaba. Me quede pie y me decidí a pedirle perdón a papa. Escribir una nota donde escribí:
"Papa, sé que me porte mal pero solo quiero pedirte perdón. Ven a mi habitación, por favor.
Eleanor"
Dije con la esperanza de que me hiciera caso. Me concentre y pude lograr que la carta llegara a donde estuviera él. Me fui de nuevo a la cama y allí mirando el techo abrí el dije que me marcaba como una Algren (y de lo que me sentía orgullosa) y donde estaba la foto de mama y papa. Al ver de nuevo los ojos azules de mama me acorde de aquella canción que yo y ella había escrito escasos días antes que muriera. La busque entre mis cosas y encontré el papel aunque no me hacía falta porque me la sabia de memoria solo quería ver de nuevo aquella firma que hacia mama. Sonreí y volví a la cama. Aclare mi garganta y mientras esperaba a si papa aparecía o no cante la canción que ahora mismo le dedicaba a mama.

Spoiler:

Apreté el dije entre mis manos y sin abrir los ojos abrí los labios para decir unas palabras sin saber si había alguien en la habitación.

-Mama, mis canciones ahora van por ti... te quiero, estés donde estés te seguiré queriendo...

Dije dejando que una lagrima cayera por mi mejilla, la echaba de menos pero ahora tenía el cariño de toda la familia, pero con ella había pasado casi toda mi niñez pero ahora vivía con mi familia y no los cambiaría por nada.

Había sido más fácil pedirle a papa que viniera a mi habitación ya que por el hechizo que le había hecho a mi habitación yo no podía salir de ella. Cuando me quede callada, escuche la puerta abrirse y abrí los ojos y mire a papa que entraba. Me senté en la cama sin secar aquella lagrima que bajaba por mi mejilla por recordar a mama. Pero asentí con la cabeza para que papa se acercara a mí. Aun no sabía cómo pedirle perdón por todo... pero debía hacerlo. Se lo debía después de todo lo que había pasado. Alargue mi mano para que papa me la cogiera cuando se acercara a la cama.

Me tranquilice cuando papa me cogió la mano y me baje al suelo yo también. Era él el que se estaba disculpando... ¿pero cómo? Si era yo la que tenía que disculpar por no consultarle y no dejarle disfrutar mi niñez. Me abrace a él cuando vi que sonreía un poco, bueno seguiría castigad pero no me importaba si papa y yo volvíamos a estar bien sin enfados. Porque entonces valdría la pena.

-Papa, soy yo la que tiene que disculparse no te consulte en esta decisión y tampoco te he dejado disfrutar de mi niñez. Y de verdad lo siento papa.

Dije abrazándole y sentándome en medio de sus piernas y apoyando mi cabeza en su pecho esperando su respuesta. Esperaba que me entendiera.

Cuando le escuche hablar bien de Giovanni no pude evitar el sonreír. Me gustaba que entiéndese que Giovanni era especial. Cuando dijo lo ultimo me quede pensativa pero preferí pensarlo yo sola antes de decirle nada a nadie sobre aquello. Quizás tendría que preguntar a tío Samuel algunas cosas. Siempre parecía saber más cosas de las que todos pensábamos. Pero quería aprovechar el tiempo con papa, me acurruque mas en él ya que estaba en sus piernas y apoyada en su pecho. Pensé de nuevo en mama, él también la había conocidos si no yo no estaría allí.

-Papa... echo de menos a mama. Estoy muy feliz de estar con vosotros pero compartí con mama 8 años de mi vida y ahora que no está a mi lado la echo mucho de menos. Aun no sé cómo es que ella tenía aquella enfermedad y yo no. Dicen que muchas veces las enfermedades de los padres se transmiten a los hijos.

Dije agarrándome a la camiseta de papa y abrazándole, me sentía muy bien allí y no quería que aquel momento acabara. Me gustaba compartir momentos así con papa. Siempre había crecido pensando que no tenia padre y después de 8 años me quede sin madre pero conseguí un padre y una familia. Era feliz con ellos.

Escuchaba como papa me hablaba de mama, él la había conocido muy bien. Me atrevería a decir que más que yo misma. Sabía que lo que el decía era verdad, que mama seguiría viva en mi mente mientras yo la recordara. Además quería ir al cementerio a verla, aunque tuviese que viajar quería verla porque hacía casi cuatro meses desde que ella había muerto y yo había pasado casi dos meses vagando sin encontrar a mi familia. Pero cuando hablo de Giovanni y de lo que paso me sonroje. Agradecí estar a oscuras para que no viese mi sonrojo.

-Si, lo sé. Papa... me gustaría ir a verla al cementerio... decirle que estoy bien y que te encontré y que por fin soy feliz de nuevo. ¿Escuchaste la canción de antes?

Pregunte mirándole a los ojos, aquellos ojos que teníamos iguales y que nos hacía ver como padre e hija que éramos. Pero después aborde el tema de Giovanni.

-La verdad... es que... también crecí por él papa... Giovanni me gusta mucho y lo quiero mucho también... ¿Que quieres decir con lo de su posición, papa?

No me había quedado claro esa parte de nuestra conversación y quería que me lo explicara mientras mis brazos no se separaban ni un solo milímetro de su cuerpo. Quería seguir abrazándole. Hacia mucho tiempo que no habíamos pasado tiempo juntos, y quería aprovechar este momento de padre e hija.

Sonreí cuando papa me dijo que le había gustado la canción, me recordaba en el momento que la habíamos compuesto mama y yo. Mama me había enseñado a tocar la guitarra pero había sido siempre muy pequeña para tocarla ahora quizás podría seguir componiendo canciones. Estire el brazo para coger el cuaderno donde estaba aquella canción que había cantado pero lo cerré y le enseñe la tapa a papa.

-A mama y a mí nos encantaba componer canciones. Mama también me enseño a tocar la guitarra y me gusta hacerlo aunque siempre había sido muy pequeña para tocarla ya que nunca llegaba a las cuerdas. Ahora quizás si que pueda tocar la guitarra.

Dije sonriendo, lo escuche hablar de que le había mandado a mama de viaje para que Leticia no le hiciera daño. Yo también quería mucho a mama, porque aunque Sandra fuese mi madre adoptiva yo la quería mucho y era casi como mi madre verdadera. Aunque claro que nunca serian igual porque las dos eran únicas. Vi como se quedaba callado y yo me quede pensando en sus palabras.

-Papa... sé que todo esto acabara algún día y que todo acabara bien para todos y que Leticia se arrepentirá de todo lo que ha hecho y está haciendo.

En eso me refería por lo que le estaba haciendo a nuestra familia y también a Giovanni. No le perdonaría nunca porque mi familia y Giovanni eran ahora lo mas importante en mi vida.

Sonreí cuando papa me digo que en el sótano había guitarras, la verdad es que no tuve que hacer demasiado solo me mentalice en las guitarras que había visto tiempo atrás cuando había llegado a la casa y un día había bajado sola al sótano. Me mentalice en las que más me gusto y gracias a mi magia la hice aparecer en mis manos. Sonreí a papa. Sabía que él era el bajista del grupo y la verdad es que siempre había querido aprender a tocar más instrumentos.

-Papa ¿me enseñarías a tocar el bajo? Mama siempre me enseño a tocar la guitarra y a cantar, pero siempre me dijo que un día aprendería a tocar otros instrumentos ahora sé que los que me enseñaríais sois vosotros.

Deje la guitarra apoyada contra la cama y abrace a papa con fuerza de nuevo, con una sonrisa ya permanente en mi rostro. Cada vez me daba más cuenta que mama no había olvidado a papa en ningún momento. Pero también sabía que papa amaba mucho a mama Sandra y seguro que mama quería que papa fuera feliz.