Elevation (Eris) [+18]

Recuerdo del primer mensaje :

Un dia, una noche, otro dia, otra noche. Eran incontables aquellos momentos a medida que avanzaba el tiempo y no veia a Alex y encima habia terminado con Anthea, mi novia. En algun raro sentido, estaba pensando seriamente que ambas me habian usado hasta que ya no tenia utilidad, una verdadera lastima para ellas porque si me ponia a pensar asi era hora de temerme. Quizas por eso es que habia decidido venir hasta las Torres del Castillo, en busca de un poco de reflexion personal, muchas cosas habian sucedido en este lugar, cosas que ya consideraba en tiempos remotos, y es que no podia pensarlo de otra forma cuando llevaba ya casi un año desde que habia vuelto. Alexiel habia sido mi anterior fachada, una fachada que jamas me habia caido bien por ser alguien que se reprimia muchisimo por su naturaleza de angel. En cambio, habia sido en este mismo lugar donde habian cambiado las cosas..... mi llegada, despues de siglos atrapado en una dimension donde no sabia nada del mundo, me habian sacado de aqui.... ya no recordaba los nombres de las personas que me habian ayudado, pero seguian latente en mis las imagenes de todas las cosas que sucedieron despues. Durante años habia estado solo y ahora tenia a mi novia, la hermosa Anthea que me habia enamorado por completo, pero ahi iba de nuevo...... ahora estaba solo por culpa de un estupido error. Mire alrededor por enesima vez mientras pensaba, no sabia que hacer, me sentia aburrido y no tenia nada que hacer. Nadie a quien matar, nadie con quien tener una "agradable conversacion", tenia ganas de hacer algo nuevo, queria adrenalina. El grandioso Perseus Black por primera vez no tenia nada que hacer......

Habia un fuego mucho peor que el del mismisimo infierno en este universo, ese fuego era el de la pasion, un elemento que a lo largo de la historia habia despertado las mas horribles tragedias entre hombres, y tambien entre seres sobrenaturales. Pero aqui estaba yo haciendo caso omiso de todo y liandome con una chica cuyo nombre ni siquiera sabia y quizas ni siquiera tenia las ganas de saber, simplemente queria un momento de dispersion y al parecer esta chica-demonio con aires de grandeza sensual y un cuerpo asesino de esos que tienen 90x60x90, aunque quizas tenia mas, pero no era voluptuosa, sino que tenia todo bien acomodado en los lugares correspondientes y ademas tenia que reconocer que las ganas de conocerla de manera profunda no me faltaban, y de seguro que me gustaria tanto como a ella que eso sucediera. En fin, que eso tambien podia estar siendo provocado por el efecto de sus caricias recorriendo mi cuerpo de una manera tan poco cauta que parecia como si no hubiese problema en estar liandose con un completo desconocido que perfectamente podia ser tu peor enemigo disfrazado de mujer sensual. Esta bien, que era una alternativa algo extremista pero en este mundo nunca se sabe. Me acerco aun mas a ella casi como implorando que no la dejara y un rato despues un gemido escapo de sus labios, estaba casi seguro de que eso realmente lo habia provocado yo y no era una simple treta para mantenerme en sus redes, asi que por eso lo unico que hice fue sonreir y continuar recorriendo su espalda con mis manos por debajo de la camiseta y besandola con aquella misma.... si... ehm... fiereza con la que nos besabamos, parecia que en realidad estuvieramos en medio de una batalla por un territorio en la selva por la dosis creciente de pasion que habia en lo que haciamos y.... de repente se detuvo. Me alejo de ella como si estuviera pensandoselo dos veces, o tres, o cuatro. Su mano me impedia acercarme a ella y yo no iba a hacerlo por la fuerza, que tenia principios al menos en ese sentido y no iba a aplicar la violencia jamas en estos casos, jamas de los jamases. Despues me empujo hacia atras, confirmandome que se estaba pensando demasiado lo que sucedia y eso podia jugar en contra con mis inteciones, yo no queria que ella viniera a arrepentirse de disfrutar.... oh, asi esta mejor. Volvio acercarme y despues de morder mi labios nos enfrascamos en otra batalla linguistica donde de seguro ganador no habria, pero lo bien que la pasariamos nadie no los quitaria. Mis manos esta vez se quedaron en sus caderas, acercandolas hacia las mias provocando un sutil roce entre nosotros que no era ni siquiera un minimo acercamiento a lo que se venia despues, que era un festival de sensaciones y placer jamas antes visto..... bueno, si ella seguia sus instintos tal como yo queria. Finalmente mordio mi lengua de una manera que.... me hizo tener ganas de terminar con el juego previo para pasar directamente al plato principal, pero no queria hacerlo, iba a disfrutarmelo lo mas que pudiera y eso significaba hacer todo como se debia. Se dirigio a mi cuello dando una mordida que de seguro dejaria marca, no me importaba, tenia varias cicatrices de guerra y una cicatriz carnal no iba a hacer la diferencia. Sin ir mas lejos, acabo quitandome la polera, de seguro admirando mi bien cuidado cuerpo, con sus musculos bien definidos y todo eso que venia de tantos años de batallas. Mis manos no tardaron en hacer lo mismo, quitandole aquella camiseta transparente que en realidad no ocultaba nada porque, precisamente, era transparente en buena parte. No me basto eso sino que tambien mis manos asumieron el descontrol de la situacion empezando a recorrer su cuerpo sin tapujos, comenzando despacio y por un camino accesible: su vientre, pasando luego despacio a su espalda al tiempo que nuestros labios y lenguas volvieron a fusionarse en aquel beso de pasion que nos traiamos desde antes, una de mis manos volvio a deslizarse hacia su trasero pero esta vez con toda la intencion de hacerlo, ademas aprovechando para que el roce entre nuestros cuerpos fuese un poco mas sensible. La diestra, mientras tanto, se dirigio hacia su pecho, donde repartio caricias por sobre el sujetador de una manera casi tan precisa como la de una navaja de afeitar, hasta finalmente meterse debajo de esa prenda y acariciar y dar suaves apretones a sus pechos para finalmente retirarse de ahi sin haber quitado la prenda, que eso queria hacerlo mas tarde y esperaba que ella no lo hiciera antes. Mis dos manos volvieron a reunirse en su cadera manteniendola muy cerca de la mia, practicamente pegadas y mis boca se despecho de la suya para recorrerle el cuello y los hombros a punta de mordiscos y lametones que nada tenian que envidiar a los de un oso perezoso intentando sacar hormigas del hormiguero. Desabroche de manera lenta aquel pantaloncillo que traia puesto para despues bajar el cierre y dar espacio a una de mis manos, la que sintiendose muy traviesa se colo hacia su entrepierna por sobre la ropa interior nada mas para preparar el terreno, volvio a salir de ahi en un santiamen mientras mis labios bajaban a su vientre a punta de besos, mordiscos y lametones y mis manos ahora bajaron a sus muslos, donde tambien recorrieron y dieron apretones a gusto en conjunto con sus gluteos (que al parecer se habian convertido en mi lugar favorito de su cuerpo), pero la piel de sus muslos no se quedaba atras con aquella suavidad y firmeza, no dudaba ni un segundo que se cuidaba de una manera envidiable para cualquier otra chica. Baje aun mas mi boca para aprovechar de dar un par de mordiscos en su entrepierna a traves del pantaloncillo (que solo habia desabrochado mas no se lo habia quitado) y mis manos aprovecharon de quitarle el calzado y dejar sus pies desnudos, para que se sintieran libres de ser parte de todo esto. Volvi a deslizarme despacio hacia arriba hasta llegar a su altura, mirandola a los ojos. -¿Me extrañabas? -y sin mas volvi a besarla igual que antes, mientras mi mano siniestras lentamente volvio a colarse hacia su entrepierna pero esta vez tambien sorteando la ropa interior, para que asi pudiera sentir a mis bien enseñados deditos mientras se introducian despacio en aquel lugar para que se pudiera disfrutar de lo lindo, que mi objetivo no era tan solo recibir el placer, sino tambien darlo.

Perseus Black no era un mentiroso, si que no podia decir que lo que estaba pasando no me gustase, ni siquiera habia notado cuando mi pantalon ya no estaba y solo me habia quedado en ropa interior, igual que ella. Me la estaba pasando de la lindo dando aquellas caricias a todo su cuerpo, no me cortaba ni un pelo a la hora de recorrerla por completo, porque al fin y al cabo me estaba gustando demasiado la suavidad y firmeza que tenia en toda la extension de su cuerpo (y eso podia afirmarlo con una gran certeza porque la estaba tocando ahora mismo). Estaba claro que no iba a detenerme porque no tenia ni las mas minimas ganas de hacerlo, iba a llegar hasta el final sin importar lo que aquello significase, si ella queria detenerse era su problema, pero yo no iba a hacerlo hasta que ella manifestara que asi seria. Cuando mis dedos lentamente se introdujeron en su entrepierna note como la tension en su cuerpo aumento de inmediato lo que me decia que aquella decision no habia sido para nada mala. Tampoco me habia dado cuenta del momento en que me habia herido el labio, pero a ella parecia gustarle el sabor de mi sangre: que era una sangre muy rara, porque al fin y al cabo era sangre mia. Mis dedos seguian actuando sobre su entrepierna, como si estuvieran reconociendo el terreno, moviendose con destreza y simulando la accion que mas tarde ejerceria otra parte de mi cuerpo sobre aquella misma zona, pero por ahora lo que queria era preparar el terreno, y eso precisamente era lo que estaba logrando. ¿Como lo sabia? Porque la zona en cuestion cada vez se humedecia mas y mas, lo que era un signo de que a ella le gustaba, o al menos disfrutaba, lo que le estaba haciendo. Tanto que decidio pagarme de la misma forma, introduciendo su mano a traves de mi ropa interior para tomar mi miembro con su mano. Oh Dios, no habia podido tocar sus manos pero con aquel contacto ya podia inferir que eran suaves y delicadas, porque Persy Jr. reacciono de manera docil dejandose manipular, aunque aun no era hora de soltar a la bestia. Acompañando aquello volvio a besarme y yo no iba a negarme a recibir aquellos besos que eran tan pasionales. Su otra mano recorrio mi espalda y yo le respondi introduciendo mis dedos con mas rapidez en su sexo, demostrandole que no me venia con gracias ni nada por el estilo, iba a hacerla disfrutar aunque se me fuera la vida haciendolo. Rodeo mi cadera con una de sus piernas y yo aproveche aquello para que mi mano volviera a recorrer aquella extremidad por completo con mi mano, desde su cadera hasta la pantorilla, esa mano volvio a quedarse sobre su espalda pero ya sin acercarla hacia para mi interrumpir lo que ambos haciamos con el otro. Volvio a morder mi hombro, lo que probablemente me dejaria aun mas visible la marca que me habia hecho antes, luego volvio a mis labios donde la sangre no dejaba de salir y lo cual al parecer le gustaba a ella. Y despues se le ocurrio preguntar si solo eso tenia en mi repertorio, pero eso vino acompañado de un suave apreton con su mano a mi miembro y masajes mas fuertes y potentes, a lo que le respondi con mas profundidad en las penetraciones que le hacia con mi mano. Bien, querida demonia, ¿quieres algo mas? Tendras mas, no te preocupes. Sin notarlo mi cadera se movia contra su mano para ayudarle con los masajes al tiempo que mi otra mano se introdujo tambien dentro de aquel pantaloncillo pero por la retaguardia, acariciando sus gluteos despacio y bajando la pierna que antes tenia sobre mis caderas, le quite el pantaloncillo y detuve los besos para retroceder un poco y separar nuestros cuerpos, no sin antes haber mordido sus labios y su cuello un par de veces. Di dos pasos hacia atras y observe su cuerpo (hermoso por lo demas) en ropa interior, le dedique un sonrisa torcida y camine hacia ella como si fuese a volver a a carga con los besos, ella parecio pensarlo asi, pero en vez de eso la atraje hacia mi un paso y empece a besar sus hombros y su cuello dandole un rodeo y poniendome a su espalda. -Si lo quieres..... basta con pedirlo -pegue mi cuerpo al suyo provocando friccion entre su trasero y mi entrepierna mientras comenzaba a morderle el cuello y volvia a meter mi mano en su sexo para seguir con mi trabajo en aquel lugar, mis mordiscos y besos en sus hombros y cuello no se hicieron esperar al aumentar su frecuencia y mi otra mano se encargo, otra vez, de acariciar sus pechos por debajo del sujetador sin quitarle aquella prenda, no me iba a atrever a afirmar que la tenia dominada porque ella era una fiera que podia sorprenderme en cualquier momento, pero al menos si podia decir que le gustaba lo que hacia, bastaba con ver sus reacciones. Cuando me canse de aquello volvi a ponerme frente a ella con rapidez rodeando su cintura con mis brazos para besarla con pasion y despues le dedique una ultima sonrisa torcida, y lleve mi boca para morder su cuello, baje un poco mas y bese sus pechos (al menos las partes que el sujetador no cubria), fui hasta su vientre con el plan firme de acabar con lo que habia empezado un rato antes. La tome firmemente por los muslos apoyandola sobre mi cuerpo y la recoste sobre el suelo (que en su poco espacio al menos no nos incomodaba para estar en esa posicion. Mordi un par de veces la zona circundante a su ombligo y al final le di una mordida a su ropa interior, deslizandola por sus piernas hasta quitarsela y subi besandola desde las pantorrilas, pasando por sus muslos y de nuevo a su vientre. Mis manos recorrieron sus muslos una ultima vez para apoyarse sobre sus rodillas y abrir lentamente sus piernas. ¿Asi que la demonia me estaba pidiendo que me empleara al maximo? Mi boca se encargaria de cerrar la suya y no era precisamente a besos, al menos no boca a boca. Mis labios se encontraron con su sexo comenzando con movimientos suaves y tenues sobre los suyos, cuando vi que no habia desaprobacion fue que me comence a emplear de verdad. Ahora mi lengua era la que hacia el trabajo que hacian antes mis dedos mientras mis mandibulas se encargaban de morder de vez en cuando de una manera suave y escalofriante, hasta que finalmente me encontre con su clitoris, en el cual me centre tan solo un par de segundos, dandole lametones y mordiscos que sabia que le gustarian, estaba practicamente seguro. ¿A que chica no le gusta que le hagan ese tipo de cosas?

FDR: Me quedo corto buuuu ._.

Llegar hasta el punto donde no sabes como acabaran las cosas es bastante dificil si no sabes como acabaras cuando subes por las torres de un castillo a buscar alguna forma de autoflagelarte con pensamientos acerca de tu ex-novia de la que no sabes nada y sigues amando de manera loca. Pero aqui estaba, Señoras y Señores Perseus Black, el demonio que en vez de seguir buscando a la persona que amaba se dedico a buscar las formas de olvidarla, y olvidarla no tenia nada que ver con lo que estaba haciendo ahora, pero si que podia ser un gran paso...... y es que no tenia nada que ver el hecho de que estuviera a punto de tirarme a una de las demonias mas guapas que habia conocido en mi vida (Eris, por supuesto) con el solo fin de demostrarle que a la hora de la verdad.... en los juegos sexuales yo no tenia igual, ni siquiera una demonia que daba toda la pinta de especializarse en esa area (y no, no estaba asumiendo que fuese un estilo vago de zorra, porque hay que ser claros que una chica que disfruta su sexualidad como debe ser no es zorra..... lo seria si a pesar de tener una pareja siguiera haciendolo con otros, o si cobrara por hacerlo..... pero hacerlo solo por placer no tenia nada de zorrismo a mi parecer). A medida que mi cuerpo se friccionaba con el suyo estaba claro que yo empezaba a ejercer un cierto dejo de dominio sobre ella, pero no me adjudicaba el credito por la excitacion que yo mismo sentia, sino que por el contrario se lo daba todo a ella por dejar salir mis mas bajos instintos en momentos donde pareciera que se encuentran bien escondidos. Y es por eso que su premio habia sido regarlarle el buen arte que tenia usando mi boca sobre lugares que usualmente los amantes del "misionero" no la usaban, y valia decir que aquello me habia servido bastante porque el hecho de haber sentido sus manos sobre la piel de mis hombros eran el indicativo de que estaba haciendo las cosas bien. Y claro, si llevaba años perfeccionandome en estas lides y los meses con Anthea me habian servido para dar ese ultimo paso entre ser un "experimentado" a ser un "maldito maestro" como solia decir ella. Y yo era un maldito maestro con todas sus letras, tildes, dieresis y todo tipo de cosas de ortografia que pudiera tener. Su "Sigue" y "No te detengas" dejaban absolutamente claro que aqui el que llevaba ventajas (por ahora) era yo, y sin contrapesos. Asi que con ese fin mis manos volvieron a empezar a recorrer sus piernas en toda su amplitud y sin dejarse espacios para la imaginacion, al tiempo que mis dientes, lengua y labios volvian a centrarse completamente en su clitoris.... para asi dejarle claro que ella tendria todo lo que quisiera, nada mas y nada menos. Casi la levante del suelo en un arranque de pasion que fue seguido por un mordisco un poco mas fuerte en aquella misma zona y al final la deje en esa misma posicion, volvi a deslizar mi boca por sus muslos para darle un pequeño descanso y despues de nuevo al ataque sobre su sexo. ¿Quieres placer? Estas en Villa Placer.... querida.

Off: No era tan corto mientras lo escribia D: Lo siento..... si no respondes antes que vuelva a conectarme, lo alargare =P

Aquel a quien no le gustaba el sexo podía pararse en este mismo momento y salir pitando de aquí, porque era realmente cínico decir que el sexo era una de las maldiciones de este mundo cuando todas las pruebas indican que es lo mejor que jamás podría haber existido. Si, había placer por donde se quisiera mirar y por lo tanto era de esperarse que algún puritano dijera que practicar el sexo (sea o no consentido) con distintas personas podría ser un problema de tipo psíquico..... Pues que se fueran al demonio, poder estar con muchas personas distintas te daba la capacidad de encontrar los estándares como por ejemplo: 1- Saber que no hay mujer capaz de resistir el orgasmo cuando su clítoris es acariciado de una manera firme y constante. 2- Reconocer que el orgasmo en si no tiene nada que ver con la penetración sino con el roce. 3- Ubicación de las zonas erógenas (para mí, la parte más importante de todas). ¿Porque me ponía a pensar en estas cosas cuando mi lengua, labios y dientes se ocupaban de dar placer a la Señorita X? Simple, porque mantener el control de los propios pensamientos era mi especialidad y a su vez eso hacía que mi excitación estuviera a la par con la suya..... Y por cómo iba yo mismo había que decir que ella estaba muy excitada, tanto que su entrepierna se humedecía de una manera increíble a medida que yo seguía con lo mío. Bueno, quizás ella jamás había tenido la oportunidad de estar con alguien tan bueno como yo, o simplemente no había estado con alguien tan.... preocupado de darle más placer a ella que yo. Claro, si con ese cuerpo de diosa a cualquier hombre le gustaría poder decir a sus amigos que se la había llevado a la cama y había disfrutado como nunca, pero.... ¿cuántos de esos hombres podían decir que ella había disfrutado mientras estaban en la cama? Quizás la respuesta era tan ególatra como quien la respondía pero asumí que la mayoría aplastante, si es que no todos ellos, de los que habían estado antes que yo iban a afirmar que ella había disfrutado sin siquiera tener pruebas concretas de eso, yo no iba a fiarme de mi percepción, seria ella quien al final de todo decidiría que tan bueno había sido el grandioso Perseus Black en la cama, o mejor dicho en el suelo de las torres, ve tu a saber. En estricto rigor y fiándome de mis conocimientos teóricos y prácticos acerca de cómo reaccionan las chicas ante situaciones placenteras.... podía asegurar que al menos mi compañera se la estaba pasando bien, lo demás era decisión suya. Seguí con mis cosas y note como levantaba un poco su tronco, di una mirada furtiva para notar la sensualidad que exudaba, aun con el sujetador puesto seguía siendo sensual, ya me la imaginaba sin él y de seguro se lo quitaría apenas tuviera tiempo. ¡Hey hey hey!, ¿ahora por qué me quitas si me la pasaba tan bien? Volvió a herir mi labio con sus dientes y yo tuve el impulso de defenderme de un ataque, pero esto no era un ataque en estricto rigor, así que me detuve antes de dar cualquier muestra de aquel pensamiento. Sus labios recorrían mi pecho limpiando la sangre que salía la herida recién abierta y que bajaba por mi pecho de manera constante. Volvió a besarme (vaya, si me sacaste para eso entonces vamos bien) y luego de aquello volvió a tomar mi miembro entre sus manos, dándole un apretón... a lo que mi amiguito respondió endureciéndose aun mas (si es que cabía). Una vez más descendió por mi pecho limpiando la sangre que caía mientras sus manitos se aplicaban bastante bien. "Yo no me detendré", fue lo que dijo y no pude evitar una sonrisa con un gruñido correspondiendo a lo que sucedía. Pude sentir que estaba frente a frente con aquella zona de mi cuerpo y sin mirar hacia abajo aun sentí ese lametón que le dio a la punta al tiempo que seguía con aquellos masajes, la sentí actuando con su lengua sobre el tronco y finalmente lo metió en su boca. Otro gruñido se escapo de mis labios cuando la sentí de esa forma, una de mis manos fue a su mejilla para quitar un mechón de su cabello que estaba sobre su rostro y después se poso sobre su nuca, para guiar levemente sus movimientos. No no no, espera.... esto no está bien.

La deje recrearse un poco mas haciendo aquello y después la levante tal como ella lo había hecho conmigo. Quedamos frente a frente y mis manos empezaron a recorrer de nuevo su cuerpo, muy despacio y entreteniéndose en cada recodo de piel que se encontraban. La bese con fiereza, explorando su boca con mi lengua de nuevo y volví a ponerla contra la pared, aunque ahora el fin había sido otro. Me deslice hacia atrás lentamente para quedar recostado sobre el suelo con ella sobre mi cuerpo. Seguí besándola mientras mis manos acariciaban su cintura, y mi miembro rozaba su sexo como si estuviera a punto de penetrarla. Descanse de los besos y le sonreí de manera torcida, la levante como si se tratara de una pluma (y claro, si era tan liviana como una pluma, aunque una pluma con un cuerpazo de fabula) y la deje con su entrepierna sobre mi boca de nuevo. No, querida demonio, aquí la cosa no es tan solo dar el placer sino recibirlo. Volví a aplicar mi linda boquita sobre su sexo mientras mis manos la empujaban hacia mí para que en esta ocasión no tuviera la oportunidad de salir de allí. Bese la zona circundante a su entrepierna para nuevamente darle un descanso y luego de nuevo al ataque con bríos renovados. No iba a ser un maldito egoísta en esta ocasión, ella disfrutaría del sexo tanto o más que yo.

Y asi era como se revolvian las cosas: "Si algo con una chica se empieza a poner dificil, tiratela", y precisamente lo que estaba a punto de hacer con la demonio que intento ponerse en mi camino era eso, tirarmela.
¿¨¨Porque tenia a dos personas en mi mente en un momento asi? Pues no iba a preocuparme de aquello, asi que lo mejor habia sido llevar mis actos hasta donde los habia llevado de nuevo, con mi propia boca ejerciendo las mil y una maravillas sobre su entrepierna mientras ella tomaba mi mano para llevarla a uno de sus pechos y guiarme para darle apretones que nada tenian que envidiar a los que haria una langosta sobre su presa. Sus movimientos sobre mi demostraban lo exitada que estaba y eso a mi me agradaba bastante, sobre todo porque estaba cumpliendo mis objetivos en cuanto a los planes que tenia para ella. No tardo mucho en volver a sentirse inspirada y de inmediato volvio a coger al Sargento Black con una de sus manos para despues usar su boca de la misma forma que antes, yo no iba a malgastar mi tiempo pensando en negar que no me gustaba aquello, era mucho mas excitante cuando lo haciamos al mismo tiempo y supuse que ella estaria de acuerdo si me atrevia a hacer una afirmacion como esa en voz alta. Aunque lo que en realidad salio en voz alta fue un gruñido de mi parte que indicaba lo bien que me la estaba pasando gracias a que ella parecia no querer detenerse, yo tampoco iba a hacerlo ni aunque afuera de las torres los cuatro jinetes del apocalipsis estuvieran haciendo las mil y una maravillas en la tierra. Supe que alcanzo el orgasmo cuando aquellas sensaciones las dejo ver quedandose quieta durante unos segundos, sonrei cuando en vez de detenerse volvió a meterse a mi amigo en la boca, al parecer tenia todas las intenciones de devolverme la mano haciendo que llegue al climax con su boca.

Pero, como todas a todas las demas cosas, la rutina tenia que hacer que lo que haciamos uno con el otro ya no pudiera tener mejores resultados que los que ya teniamos asi que ya era suficiente de juego previo por esta noche, habia llegado la hora del plato principal. Aun asi, me entretuve un poco mas de tiempo degustandolo como si se tratara de un vaso de whisky de 50 años, y cabia decir que sabia casi tan bien como aquel licor ambarino que tanto adoraba. Finalmente voltee nuestras posiciones para quedar yo sobre ella y me acomode para quedar nuevamente mirandola a los ojos, le sonrei de manera torcida y empece morder y besar su cuello hasta que de un mordisco abri una pequeña herida en aquel lugar, bebi de su sangre a gusto y aproveche la pequeña distraccion para, al fin, deshacerme de la ultima prenda que quedaba sobre su cuerpo: el sujetador. Ya que lo pedia tan ansiosamente, acaricie y aprete sus pechos como si el mundo se fuese a acabar, jugando con ellos entre mis manos como si se tratara de arcilla para modelar, aunque la analogia no era tan mala despues de todo, me aseguraria de que Eris fuese mi obra maestra en esta ocasion y con ello queria decir que jamas encontraria a nadie mejor que yo en la cama, esa era mi meta y la cumpliria a cabalidad y a como de lugar.

Segui acercandome a ella con mi miembro en su entrepierna, pero luego sonrei. Volvi a acomodarnos, no sabia si ella queria continuar de esta forma o no pero librar sus pechos me dio una idea. La dejé de rodillas frente a mi y puse a mi amigo entre sus dos pechos, cerre mis ojos y empece a mover estos alrededor. La Rusa creo que le decian a esto. Mi cadera se movia al mismo tiempo para aumentar el placer que me daba de esa forma y cuando senti que el climax mio estaba por llegar lleve mi pene a sus labios, di suaves movimientos hacia su boca para soltar mi climax en aquel sitio.

-Nunca me corri en la boca de una chica antes... -dije como si nada aun con mi miembro dentro de su boca y luego la mire sonriendo.

Ya que estábamos con ganas de probar la hice voltearse pegando sus pechos contra la pared y, sin pensarlo ni dudarlo, metí mi miembro en su trasero llegando tan profundo como podía.
Off: quedo corto u.u