Nightfall Castle
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El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

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El Renacer de la Oscuridad [Reservado] Empty El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

Mensaje por Invitado Miér 22 Jun - 21:52:09

Caducado era el tiempo que había malgastado entre las fuertes paredes del Palacio de Fuego por una torpe condena; Muchos años habían precedido aquella noche oscura en que la mano del Rey daría la orden para acabar con un imperio de conclusiones. Asesinar a la cordura y entregarse voluntariamente a la melancolía, parecía una buena opción en aquellos años en que fuertes razones justificaban fuertes acciones. Pero el precio había sido demasiado alto cuando 50 años no pasaban en vano por los ojos de Renzo que ahora permanecía postrado sobre el trono de oro blanco que había defendido incluso hasta de sí mismo.

Sus ojos tornasolados se posaron sobre su puño derecho fuertemente cerrado, aun no aceptaba que tenía que delegar el último mandato de Hades al que era su medio hermano. –Maldito bastardo.- Musitó cruelmente en su soledad, aflojando la mano para admirar el ultimo sello que faltaba por conjurar. Cerró sus ojos y respiró esforzadamente, con el mejor gesto de realizar un conteo mental, mientras el secundero del reloj auguraba un encuentro incoherente; A pesar de meditarlo tanto, no existía otra posibilidad, los grilletes del inframundo lo ataban a su reino y el único que le daría la oportunidad de escapar seria aquel despreciable ser en el que confiaba tanto como en un mono con una pesada espada pendiendo de su cuello. –Tráiganlo ante mí.- Demandó con voz grave a uno de sus guardias, trasladándose a una nueva dependencia desde donde haría su entrada Acheron.

Renzo finalmente se levantó de su trono, caminando acompasadamente hacia el bar donde se serviría un fuerte trago que ingeriría sin meditar. ¿Cómo delegaría una misión tan vital a un ser desordenado e irresponsable? ¿Cómo confiaría que las cosas marcharan según lo planeado si él se encontraba de por medio? Todo resultaba ser un caos en su mente, ya ni siquiera podía recordar cuál era su norte, tan solo se dejó llevar por la ira momentánea arrojando el vaso de cristal a una esquina del salón donde se fragmento en mil pedazos y recreo una llovizna colorida al mezclarse con la luz de la chimenea encendida.

Escuchó los pasos al otro lado del vestíbulo, el rítmico latir de su corazón, el compás de su respiración, Renzo recompuso su postura erguida y giró su cabeza por encima de su hombro para saludar a quien representaba su funesta salvación. –Acheron… Tras tantos años de lejanía, el pródigo hijo ha regresado a su hogar… Bienvenido seas, hermano. Y esta vez, espero que la suerte esté de tu lado.- Su irónica voz sonaba apaciguada al ver a aquel hombre que no había visto en tantos años, girando nuevamente para servirse otro fuerte trago y dar cortos sorbos al recordar el triste mandato de su antecesor. –Te he mandado a llamar por una misión trascendental. Conoces de antemano mi situación en el infierno, y Hades a demandado que seas tú, quien tome el riesgo de desafiar a los perversos Destinos y rompas el último sello prohibido.- A Renzo no le causó ni el mas mínimo vestigio de sorpresa el gesto despreocupado de Acheron, comprobando que aquel demonio no concebía el miedo a pesar de que aun no conocía exactamente su misión.
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El Renacer de la Oscuridad [Reservado] Empty Re: El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

Mensaje por Invitado Miér 22 Jun - 23:04:46

Poco hacía que llegaba al Palacio y ya demandaban por él, ni siquiera Hades, sino Renzo. ¿Y ahora que querría ese malcriado?

Siglos desde la última vez que habló con él, cuando su padre lo castigó encerrándolo en el Infierno, lo único que le faltó fue el grillete y un bozal, así la prisión estaría completa pero Hades aparentemente fue misericordioso y le dejó la boca libre para quejarse. Una razón más por la cual Acherón decidió mudarse solo, aunque tuviese que pagarle renta a Los Destinos, total, para lo que estaba en casa las viejas no lo molestaban mucho. Como fuese, había pasado los siguientes años a su llegada sin saber el por qué de la amargura de Renzo, aparte de la suya por naturaleza o, la razón por la cual Hades lo tenía castigado como un niño que roba dulces. No le importaban, importarle significaba que tendría que saber y entonces escuchar quejas y reclamos, en ese caso, la ignorancia era mejor opción.

De buena gana aceptó las siguientes misiones fuera de allí, no era por nada, pero el mundo de los humanos se veía mejor, olía mejor y no hacía tanto calor. Acherón incluso pudo broncearse una vez que visitó la playa, de cuerpo entero para que las marcas del traje de baño no le quedaran. Ese día fue inolvidable, sobre todo porque disfrutó de su mayor vicio, las mujeres. Otra razón por la cual quedarse atrapando almas o cazando mosquitos donde los humanos, era mejor que regresar al Infierno y escuchar los lamentos de las almas en pena. Nunca tuvo paciencia para eso, menos para hacer de psicólogo, bastante tenía con el barquero que siempre intentaba analizarle la línea de la vida. El viejo competía con Las Parcas, todavía no le extrañaba que hubiese montado un puesto de Tarot frente al Palacio de Hades.

Riendo ante tales pensamientos, atravesó los salones hacia donde Renzo lo esperaba. ¿Qué asuntos querría ese con él? Ninguno jugaba allí el papel de hermano devoto, para nada, Acherón siempre supo que su hermano lo veía como una amenaza al poder y el trono, pero honestamente, si Hades no lo nombraba su heredero, era porque cagadas suficientes se había mandado y aún así, aquel hombre conservaba el mismo deje de supremacía en el rostro y la mirada. Probablemente tuviese la tonta idea de que si lo miraba suficiente podría pulverizarlo, con él nunca se sabía la locura que estaba pensando.

- ¿Y por qué la suerte no estaría de mi lado? No le debo renta a las viejas, así que ellas no me joden la vida, estoy bien hermano. ¿Y tú? ¿Qué has hecho en tu...existencia real en el Palacio? - hizo una pausa escuchando sus palabras, normalmente el mismo Hades lo convocaba en su presencia para darle las tareas y que fuese Renzo hablando de por él lo puso en alerta, no obstante,- Acabo de llegar, al menos quiero darme un baño con mi patito.- se burló claramente – Después podemos hablar del asunto ¿o tiene que ser ahora? - la expresión solemne de Renzo le avisó que probablemente iba a quejarse sobre su situación allí y se le adelantó – Dime como, donde y cuando tengo hacerlo, así ya puedo marcharme.

No podía decir que la actitud de su medio hermano le gustara, pero tampoco se pondría en guerra con el porque tuviese mal carácter o se creyera el rey del mundo, a fin de cuentas, era un defecto paterno del que a veces el pecaba. Lo que le agradecía a su herencia materna, era la poca importancia que él le daba al poder y la gloria, mientras a Renzo le interesaba destilar toda su realeza por cada poro, a él con que dejaran tranquilo podían prenderle candela al Palacio y al Infierno si quería entre ellos dos.
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El Renacer de la Oscuridad [Reservado] Empty Re: El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

Mensaje por Invitado Jue 23 Jun - 0:40:54

Era tan predecible aquella actitud burlona e irreverente de Acheron que incluso hizo sonreír a su hermano con la previa señal del sarcasmo. –No es tan fácil como lo supones, así que toma asiento y escucha las indicaciones.- Negando con la cabeza se alejó del bar y dando cortos pasos hacia el ventanal para admirar el tétrico paisaje del exterior, aun meditando si la única posibilidad sobre el universo fuese aquel desdichado ser al que tenía el infortunio de llamar hermano. –Esta misión no es uno de los tantos juegos que sueles llevar a cabo en la superficie, estamos hablando de algo serio. - Los ojos de Renzo señalaron la locación exacta en donde probablemente se encontraban las compuertas del Tártaro, reanimando el sendero en su cabeza que cruzaba el Averno para llegar al destino final donde las prisiones secretas de Hades resguardaban aquel enorme secreto oculto por tantos años.

-Hace muchos años, antes de que tú llegaras a éste palacio, Hades desafió a los Destinos con el único acto de creación que le fue permitido: Decidió hacer una réplica o extensión de sí mismo, depositando su esencia y su propia sangre en el cuerpo de un ser que portaría su poder y caminaría entre los vivos. Él no pondría en riesgo su existencia o su seguridad en pro de una guerra eterna, y por ende, envió a su clon a la tierra para cumplir el papel que él debía finiquitar desde el principio de los tiempos en la batalla entre el bien y el mal.- Renzo rompió su ensoñación de manera abrupta en medio del relato, girándose rápidamente para arrojar el medallón que había contenido el sello a su hermano, indicando que ahora portaría la llave para abrir la celda intemporal del personaje que estaba describiendo con todo detalle. –…Con lo que Hades no contaba, es que su creación desarrollaría alma y personalidad propia, muy parecidas a las de su predecesor: Lo que, le convirtió en peligroso e impredecible. Años después, ese monstruo se levanto al pie del Palacio de Fuego, desafiando a los Destinos y a Hades por haberle traicionado, y entonces cobró venganza exterminando a gran parte de los suyos para luego emerger a la Tierra y acabar con una cuarta parte de la misma.-

El príncipe resguardó para sí cierta clase de información que no era necesario revelar, dada a las circunstancias y a riesgo que tomaba con Ash, lo más adecuado era guardar su naipe bajo la manga y ser rey de su silencio a convertirse en el esclavo de sus propios designios. –Convencí oportunamente a nuestro padre para que la bestia fuera encerrada en el Tártaro. Fue una cruzada que duraría aproximadamente 5 años, pero finalmente nuestros guardianes vencieron y ha estado contenida en lo más profundo de los Infiernos.- Tomando una respiración profunda, se acercó a Acherón con el ceño fruncido y un deje de preocupación aflorando extrañamente a través de su mirada, colocando su fuerte mano sobre su hombro con aquellas palabras que emulaba incluso sin procesarlas. –No es una tarea fácil lo que se te ha encomendado, Hades ha designado que su creación sea liberada nuevamente en la superficie, pero para ello, debe ser contenida y apaciguada. La furia de 50 años recae en su alma, y tu labor, es doblegarla hasta que sea el momento de que la Corte Demoniaca vuelva a reinar sobre éste inmundo planeta.-

Recobrando la cordura, el efímero contacto físico entre aquellos hombres se rompió en un instante, haciendo que Renzo retrocediera para replegarse sobre su trono y entonces concluir su dictamen. –El sello está destinado a quebrantarse una vez que salgas a la superficie. Pero muchos peligros te rodean al convertirte en el guardián de la bestia, al igual que aliados, nuestros enemigos estarán al pendiente de su retorno para exterminarle… Y a todo aquel que le proteja.- Finalizando sus palabras, una ausente sonrisa brotó en medio del fangoso terreno de la mordacidad, consciente de que Acheron realizaría una tarea en la que Renzo no podría participar.
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El Renacer de la Oscuridad [Reservado] Empty Re: El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

Mensaje por Invitado Vie 24 Jun - 0:45:35

Ese tipo lo sacaba de quicio, ¿que le hacía pensar a ese cabrón que él jugaba a las casitas con Hades? Renzo era un amargado, estirado que había pasado demasiado tiempo limándose las uñas en ese sucio trono acolchado. El fue quien jamás movió un puto dedo, que no fuese para repartir órdenes porque gracias a su propia ambición y estupidez, terminó castigado como cualquier niño idiota al que le dicen, no toques eso o no hagas aquello y para variar, lo hizo. Y aún así tenía las pelotas de quejarse y llamarlo vago.

- “Traeme un cafe malteado con donuts de jalea de fresa”- pensó burlandose de las órdenes de Renzo, pero como todas las cosas en ese infierno, si no escuchabas las indicaciones terminabas en un pozo de lava.

Se concentró en escuchar la misma historia de muchos años, mientras atrapaba el medallón que le lanzó, la famosa creación de Hades que se volvió contra él y que tuvieron que encerrar. Era típico, cuando se jugaba a ser Dios, las viejas del Destino te mordían el trasero de vuelta. Bien por ellas al enseñarle a Hades una lección y a Renzo que quiso aprovecharse de toda la situación y terminó mas trasquilado que una oveja. ¿El resultado? Todos tenían que estar encerrados en aquel asco de Infierno mirándose las caras cada día y lamentándose de que su jodida existencia fuera eterna.

- Fuiste tú quien la encerró – comentó Acherón como si nada y pensativo - ¿Que crees que haga contigo si te encuentra? Dudo que este complacida con eso.

Renzo no respondió y siguió con su discurso de la inmortalidad del cangrejo, osea, ahora le daban el cargo de niñera sin haber aplicado para el. Aquello además sonaba irreal, protegerla, controlarla, doblegarla...a la creación de Hades que casi los mata una vez y él tenía que lograr todo eso, estaban locos, si ni Hades podía...

- ¿Como pretendes que haga semejante cosa con ella cuando a ti fácilmente puede patearte el trasero?- preguntó intrigado - ¿Me darás un arnés y correas para llevarla de la mano? ¿Y por qué Hades no viene y la atiende el mismo o tú?


La respuesta era obvia, ella pediría sus cabezas al instante por haberla encerrado, sobre todo Renzo.

Después de vivir unos segundos de extraña afección, llámese una mano sobre su hombro, Renzo se retiró al trono en su drama misterioso y después de echar un vistazo al medallón decidió que quería irse a descansar.

- Entendido, ahora me retiro si no te importa – y esperaba que no tuviese más discursos que darle – Quiero descansar antes de ir a comprar tu McDonall.

Pero el Príncipe ya estaba sumido en sus pensamientos y prefirió dejarlo así, con la misma se giró y salió casi huyendo del salón llevándo consigo el medallón. Una vez en el pasillo, envió por su hermana Noa, a ella le habia prometido que cuando pusiera un pie de vuelta iban a conversar largo y tendido.

- Avisen a Noa que la espero en mi habitación.- fue la órden que dió y se fue a su habitación.
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El Renacer de la Oscuridad [Reservado] Empty Re: El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

Mensaje por Invitado Vie 24 Jun - 13:46:19

Volando en una fantasía interna carente de realidad, se encontraba Renzo sin connotar las falsedades intrínsecas que se conjugaban con verdades absolutas en su mente. Tras tantos años de prisión, ya no importaba identificar cual era cual, indistintamente, su pulso no variaba al instante de tomar una decisión que incluso cambiara el curso de su vida misma y la razón de su porvenir en cuanto al trono de Hades. No, no de su padre. “Su trono definitivo”. Sin importar las consecuencias, sus fichas serían movidas con o sin su conocimiento, así asegurara la caída de Acheron en el intento, lo cual solo representaba ser un regalo adicional que los Destinos le harían por el glorioso destierro del tirano al que consideraban casi como a un dios. –Un momento, Acheron…- Sentenció antes de que partiera de la estancia, en cuanto escuchó el poderoso detonante que alerto a su intuición acerca de la información que ya poseía de antemano su medio hermano. -¿Cómo sabias que se trataba de “ella”?- Sus ojos blanquecinos rotaron discrepando en la posibilidad de la sospecha o la traición. -Nunca mencioné que fuera una fémina.-

Su tono tajante marcó la diferencia cuando su puño se afianzó en el respaldo de su asiento y se levantó con una curvatura cínica en sus labios que no podría definirse como una sonrisa o la perfidia avivando su rostro apagado. –Ya no importa. Conoces tu misión y es lo que me complace. Ya he dicho que Hades no pondría en riesgo su seguridad para traer a su Destructora de vuelta y por ende, alguien debe completar su trabajo mientras yo me encuentre en el palacio. Que la suerte te acompañe, hermano. Aunque preveo que la próxima cabeza que será requerida ante nuestro padre, será la tuya y no la mía, aguardaré impacientemente por ese día. Que los Destinos te acompañen. Ya puedes retirarte.- Ambos se dieron la espalda sin mediar algún otro detalle que suministrara a Acheron de alguna ventaja en cuanto a su objetivo. Renzo jamás le daría un arma con el cual defenderse de la elegida, y eso, tornaba la situación más entretenida. Cuando Ash abdicara –para variar- a sus responsabilidades y balbuceara su incapacidad para completar una simple tarea impuesta a quien depositaba su equívoca confianza en un tétrico vago, allí Renzo le daría a Hades otra de muchas razones para desterrarlo.

El príncipe tomó otra dirección en el interior de su propio palacio, escuchando el eco que dejaban sus propios pasos, viajando entre lagunas de sueños que eternamente perseguían su ser, alzando sus ojos a la nada para determinar que ciertamente observaba sin ver. Chasqueó sus dedos con el propósito de llamar a uno de sus fieles guardianes para encomendar otra tarea que era por completo ajena a la misión, no permitiría que quedaran cabos sueltos otra vez, por lo que ahora actuaria con una mayor cautela e insistiría en tentar a la suerte con el ultimo designio propio de un rey. –Que la bruja conjure el sello esta noche; Dejaremos que la energía de la Destructora juegue un poco con la mente de Acheron. Ése demonio, finalmente se ha encontrado con su propia perdición.- El impasible Renzo entregó adicionalmente un papiro sellado al guardián silencioso, que en el instante de recibir el misterioso escrito, refutó inoportunamente. -¿Qué pasará una vez que ella despierte?- El príncipe respiró profundamente y con un místico brillo intransigente en sus pupilas, contestó sin vacilación. –Cuando eso ocurra, sin importar los medios o armas que utilices: Mátalos a ambos.- Renzo prosiguió con su lento andar, con un rumbo definitivo hacia sus aposentos, ausentándose de la rutina escabrosa del inframundo de tinieblas y sombras, batallando en contra de sus demonios internos y socavando a la providencia al tallar su propia insignia en los designios de los torpes e innecesarios Destinos.
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El Renacer de la Oscuridad [Reservado] Empty Re: El Renacer de la Oscuridad [Reservado]

Mensaje por Invitado Mar 28 Jun - 18:05:00

Agua tibia recorriendo su piel. El aroma de las esencias flotando en el ambiente. Los jabones relajando su cuerpo, disfrutando a la vez de la sensación de la espuma sobre este… Así se encontraba Noa en su cuarto, disfrutando de un exquisito baño de espuma en su habitación sin preocupaciones encima. Su cabeza estaba reclinada sobre una toalla, en su mano derecha sostenía una copa de vino tinto gran reserva. Una suave música de fondo llenaba la estancia y en una bandeja, a poca distancia de ella y sobre una mesita móvil, se encontraba un plato con deliciosos chocolates esperando para ser degustados por ella. ¿Qué más podía pedir? Todo parecía malditamente perfecto. Pero no, todo lo bueno tiene que acabar siempre torciéndose y cómo no, esa no era la excepción.

En el mejor momento cuando podía sentir que podía pasarse el resto de la eternidad así, bueno mejor sin exagerar al menos gran parte, un molesto, estridente y rápido repiqueteo sonó en la puerta acompañado de una aún más irritante voz aguda. Con una especie de gruñido entremezclado con su tono de voz, contestó de mala manera.

- ¿Qué pasa ahora?– Exigió saber inmediatamente teniendo por seguro que si no era importante, la cabeza de quien había osado interrumpir su descanso rodaría más rápido de lo que le diera tiempo a pestañear.

- Traigo información importante para usted señorita. – La voz de la mensajera temblaba, ni siquiera se había atrevido a pedir permiso para entrar.

- Entra, ¿o es que esperas darme las noticias detrás de la puerta? – Puso los ojos en blanco sin moverse ni un ápice, esperando a que pasara y acabara rápido con lo que tuviera que decirle. - ¿Quién te envía?

- Acheron Parthenopaeus señorita. Mandó llamarla para que fuera a su habitación lo antes posible.

Ese nombre fue el único motivo para que Noa se incorporara más sobre la bañera, bebiendo de su copa tranquilamente pensando sobre qué sería lo que quería Aún mejor, él había regresado y con ello su instinto le decía que sus días de descanso y tedio se habían esfumado.

- Muy bien, avísale de que en unos minutos estaré allí.

La muchacha asintió saliendo de allí rápidamente. Para su suerte se había salvado de que las noticias fueran de parte de su hermano sino la hubiera hecho pedazos, ahora solo tenía que descuartizarle a él por interrumpir su baño, algo mucho más entretenido ya que al menos el Demonio sabía defenderse.

Con un hondo suspiró salió de la bañera envolviéndose en una toalla, secándose y vistiéndose con un top de tirantes negro, unos shorts vaqueros y zapatos de tacón negro, uno de sus calzados favoritos. Terminó la copa que había dejado en el baño y dejando que su pelo se secase al natural salió en dirección a la habitación de Acheron, total ¿qué mejor secador de pelo que las llamas del propio infierno?. El camino hasta su habitación fue breve puesto que se encontraban cercanas, solo se topó con un par de guardias que intentaron hacerle perder tiempo interrumpiéndole el paso con bromas aburridas, comentarios supuestamente aduladores y algún que otro guiño de ojos e intento de manoseo. Resultado: una muñeca rota, un hombro dislocado y sendos rodillazos en… Sí, eso les enseñaría a no tocar la moral cuando no se está de humor.

Miró la puerta cerrada de la habitación del Demonio alzando una ceja socarrona. “Vamos Ash, me conoces mejor que esto”. Sin dudarlo abrió la puerta de golpe entrando como si de su propio cuarto se tratara y casi, era su segundo cuarto en aquel inmundo lugar, había pasado demasiado tiempo allí y se podía decir que lo… ¿extrañaba? No, ni tanto, porque en su cuarto había jacuzzi.

-Toc, toc. – Llamó a la puerta después de abrirla mientras reía. - Si estás desnudo vístete, no quiero pesadillas esta noche.

Una amplia sonrisa se esbozó en su rostro cuando le vio después de tanto tiempo fuera. Al menos de aspecto seguía tal y como siempre y en cuanto abrió su bocaza pudo comprobar de primera tinta que su humor también.

- ¿Qué esté como en mi casa verdad? Sabía que dirías eso y si no lo ibas a decir te aguantas porque lo haré de todos modos.

Cerró la puerta tras de sí yendo hasta donde se encontraba é y darle un abrazo, Noa sabía que el carácter de Acheron no implicaba ser muy propenso a las demostraciones afectuosas con cualquiera, más bien tenía derecho de admisión para eso y eso nunca había sido una preocupación para ella cada vez que se reencontraban. Una vez que se separaron tomó asiento en uno de los cómodos sillones que había allí. Si algo tenía que reconocerle es que sabía disponer de las mejores comodidades en su cuarto, no recargado de decoración pero con unos accesorios de lo más reconfortantes.

- ¿Cómo has estado todo este tiempo Ash? Ya te daba por desaparecido en combate. – Bromeó mientras detectaba su concentración, algo le mantenía así y contando con que se suponía que regresaba para descansar, eso era extraño. – Hombre, tú ni de vacaciones te relajas. ¿A qué viene esa cara? ¿Tanta tortura significa para ti tener que volver a aguantarme? Pues vete acostumbrando porque me vas a ver muy a menudo.

La Demonia sabía que no era eso lo que lo mantenía tan serio, más de lo normal, pero prefería que fuera él quien le contara en vez de ella la que le sacara las palabras con sacacorchos, para variar.

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